Cuando el problema se convierte en síntoma todo va cobrando sentido, es lo que nos acerca a la raíz y es cuando las piezas empiezan a encajar.

Cuando ves, trabajas, sientes, piensas, percibes y llegas a sensar lo que al otro le pasa, te das cuenta que los adolescentes son síntomas de los problemas relacionales que existen en las familias y se extrapolan a la sociedad entera (a todos los niveles).

Poder trabajar y dedicar mi tiempo a ellos, a mis alumnos, consultantes, mis hijos y en definitiva a #jóvenes y #adolescentes me ha dado una capacidad de leer los hilos invisibles que mueven las relaciones que nos dan como resultado todo lo que nos va aconteciendo en la vida adulta.

Todo ello me ha hecho ver cómo el #aprendizaje y la #motivación es puramente emocional y muchas veces brilla por su ausencia.

Mi experiencia como docente y después como orientadora me ha hecho ver cómo se comportan las dinámicas de relación en nosotros y lo que esto genera en nuestro entorno, sin ni siquiera darnos cuenta de ello.

Comprender en profundidad (implica verificarlo e integrarlo) el funcionamiento del desarrollo humano me ha dado una visión para acercarme a los chavales de una manera completamente diferente ( si estoy dentro no veo nada). Me ha hecho ver y comprobar que no todos aprendemos de la misma manera.

Pero lo que la experiencia me ha dado es, sobre todo, comprender que no existen personas malas o buenas, padres malos o buenos, profesores buenos o malos, líderes buenos o malos, psicólogos buenos o malos, adolescentes buenos o malos… Sino que existen personas más o menos conscientes que nos hace ir por la vida más o menos defendidos y reactivos (la cuestión es atreverse a desmenuzar las capas).

¿Qué nos vincula con el otro? Las personas estamos en constante cambio y transformación… ¿Desde dónde lo hacemos? Huir no sirve de nada si no sacamos un aprendizaje. Las relaciones son una oportunidad para ello, ya que nos hacen de espejo (nos lo pone delante de nuestras narices).

Hoy sólo queda dar las GRACIAS a aquello que nos ocurrió porque es la única manera de abrir nuevos escenarios. Esto no va de buscar culpables, sino de agradecer y aprovechar las #oportunidades para subir de nivel de conciencia.

Nuestros jóvenes nos lo están pidiendo a gritos y no nos estamos enterando.

Educar en consciencia hará que lleguemos a tener empresas conscientes. No en palabras, sino en hechos.

Educar implica atreverse a dejar nuestra mochila atrás y estar dispuesto a coger a nuestras espaldas la del otro. Acompañar a jóvenes y adolescentes es, como dice siempre mi maestra, es hacer de sherpa.

La pregunta es sencilla: ¿Estamos dispuestos a dejar nuestra mochila atrás? ¿O necesitamos utilizarla para que el otro se entere de todo lo que arrastramos y no queremos soltar?. ((¡¡Cuidado cuando el otro es menor!!))👉 la bomba puede explotar en cualquier momento 🧨

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